Durante la previa, en una rueda de prensa, el brasileño había confesado que los compañeros de clase se metían con su hijo en el colegio cada vez que no le ganaban al Madrid, de manera que fue una especie de justicia divina la que le permitió, precisamente a él, marcar el gol del triunfo. En el minuto 25, Cristiano Ronaldo marcó un gol de falta directa.